En el campo de la agricultura, durante los últimos años se han presentado nuevas prácticas agrícolas menos nocivas que las que conocíamos hasta ahora. Es lo que conocemos como agricultura regenerativa.
La agricultura regenerativa se crea con la intención de mejorar y revitalizar la salud del suelo. Durante mucho tiempo la agricultura convencional ha causado un deterioro en nuestros suelos bastante importantes, lo que ha provocado una disminución de suelos fértiles y cultivables para la producción de alimentos.
A la agricultura regenerativa se la conoce como la agricultura del cambio climático, ya que a través de sus distintas prácticas agrícolas como no labrar, usar mantillo orgánico, compostaje o rotación de cultivos, disminuye las emisiones de carbono a la atmósfera para retenerlas en los suelos.
Entre los hábitos más comunes de la agricultura regenerativa podemos encontrar:
La ventaja de utilizar las prácticas de la agricultura regenerativa es que mejora la calidad de los alimentos que consumimos. Cuidar el suelo también se traduce en cuidar nuestra salud. Por ello, numerosas empresas ya están trabajando en desarrollar tecnologías que ayuden a revitalizar los suelos agrícolas y poder cultivar alimentos más saludables. Se traduce también en una apuesta por no impactar tan negativamente al medioambiente y optimizar recursos, algo muy valorado tanto por el agricultor como por la sociedad en general, apostando por un mayor cuidado del planeta.
Así, las empresas Bosch y Basf han creado una empresa conjunta para desarrollar tecnologías digitales para la agricultura. Con estas técnicas los agricultores podrán beneficiarse de servicios agronómicos digitales que impulsen la agricultura de precisión, el uso eficaz de los recursos y la sostenibilidad. Son soluciones de hardware y software de última generación y que tienen como objetivo facilitar el proceso al agricultor.
En Rábita estamos comprometidos con la evolución y desarrollo de nuevas prácticas agrícolas siempre que favorezcan al trabajo del agricultor y al medio ambiente. Estas prácticas se pueden ver beneficiadas se su uso en conjunto con nuestras mallas agrícolas, diseñadas exclusivamente para preservar los cultivos sin dañar ni invadir el medio en el que se encuentren.
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