Empieza el otoño, y con él, nuestras ganas de empezar a organizar el cultivo de la temporada. Esta época es muy buena para el cultivo de hortalizas como cebollas, puerros, habas, coliflores, espinacas, ajos,… entre otras. La malla antihierbas es muy efectiva para evitar el crecimiento de malas hierbas en nuestro cultivo además de proveer a éste de un riego adecuado y sin desperdicios ya que son capaces de reducir la evapotranspiración. Todo lo anterior da como resultado unas condiciones idóneas que. mantenidas en el tiempo, nos ofrecen un cultivo sano y fructífero.
Instalación y mantenimiento de las mallas antihierbas
El primer paso para instalar este tipo de malla de forma correcta será allanar el terreno a cultivar, de manera que quede totalmente nivelado. Este terreno habrá sido rebajado entre 2 y 3 cm previamente para que así podamos colocar la malla en esa capa de tierra inferior. Una vez coloquemos la malla, tendremos que fijar los bordes de la misma al suelo, para esto, podemos usar grapas de sujección.
La buena noticia con respecto a su mantenimiento es que no precisan de ningún cuidado especial, pues lo único que deberemos hacer es, una vez colocada nuestra malla, limpiarla de manera regular para evitar posibles hojas, semillas de otros cultivos y tierra que pueda acabar incrustada en ella debido al viento.
Otros usos de la malla antihierbas
El uso de esta malla no es exclusivo de la horticultura pues se puede usar para otros fines, como por ejemplo, en actividades de jardinería y paisajismo, en las cuales esta malla cobra especial importancia a la hora de cuidar y proteger plantas perennes y leñosas, aumentando su salud y longevidad, a la vez que se persigue la propagación y mantenimiento de las mismas. En Rábita disponemos de dos tipos de gramaje dependiendo del uso final de este tipo de tejido: 100 g y 130 g/m2. Contáctanos y te ayudaremos en la elección de la malla antihierbas así como en la guía para su correcta instalación según el terreno a utilizar.