Los sistemas de riego son una de las mejores soluciones para mantener una óptima producción agrícola al mismo tiempo que nos permite ahorrar y tener un mayor control sobre el gasto del agua, uno de los principales problemas que abordan la sequía, sobre todo en las zonas más áridas y en los meses de verano, donde el cultivo requiere de una mayor hidratación y la escasez de agua aumenta.

1.  ¿Cuáles son los principales tipos de sistemas de riego agrícola?

En la actualidad, existen numerosos tipos de sistemas de riego destinados a la agricultura y otras aplicaciones. No obstante, hay algunos métodos más conocidos y utilizados que otros, como son los sistemas de riego por goteo, por aspersión y por gravedad. A continuación, mencionamos las características principales de cada uno de ellos, ventajas y desventajas de los tipos de sistemas de riego agrícola.

a.   Riego por goteo

Este sistema de riego también es conocido por riego “gota a gota” o riego localizado.

La principal característica del sistema de riego por goteo es el suministro de agua. El agua transcurre dentro de una tubería, generalmente plástica, y gotea por unos pequeños agujeros que caen directamente sobre el suelo de una forma lenta y uniforme, se infiltra y llega a las raíces.

Gracias a este recorrido del agua y a la posibilidad de que se automatice el riego, se consigue un mayor control y ahorro de agua. Por eso, es un sistema de riego indicado para aquellas zonas áridas o semiáridas, donde la escasez de agua está presente.

Otra característica del sistema de riego por goteo es que es apto para cualquier tipo de terreno, ya sea llano, en pendiente… de cualquier zona climática. Asimismo, es posible instalar este tipo de riego tanto en cultivos al aire libre como en cultivos de invernadero.

Es un buen método si buscas mantener la humedad de tu plantación sin tener que empapar las hojas ni las flores. Incluso evita el crecimiento de las malas hierbas en la mayor medida posible, ya que, como hemos mencionado, el goteo del agua solo llega a puntos específicos previamente establecidos.

Así pues, es muy frecuente su uso en cultivos hortícolas, huertas o en terrenos de agricultura orgánica.

b.   Riego por aspersión

El sistema de riego por aspersión consiste en simular el efecto de la lluvia para conseguir un resultado más natural. Su instalación consiste en una serie de tubos y mecanismos que consiguen expulsar el agua a presión hacia arriba para dispersar el agua casi pulverizada.

Una de sus ventajas es la superficie de riego que cubre, aunque dependiendo de la extensión del terreno, del tipo de aspersor y de la presión del agua, podría ser necesaria la instalación de más aspersores para una cobertura completa.

El riego por aspersión también permite controlar el consumo de agua, aunque en menor medida que el riego por goteo, se ahorra más agua que con el sistema de riego por gravedad, del que hablaremos más adelante.

Entre los tipos de sistemas de riego por aspersión podemos encontrar:

  • Aspersores fijos
  • Aspersores móviles
  • Aspersores automecanizados

El principal inconveniente de este tipo de sistema de riego es el factor viento. Aunque por norma general el agua desciende de manera casi homogénea por la superficie, en zonas con vientos fuertes la dispersión del agua puede verse alterada hacia la dirección del viento. Esto supone que no sea el sistema de riego más recomendable en este tipo de situaciones.

El riego por aspersión es uno de los sistemas de riego más utilizados en la agricultura y, de hecho, es el más común para regar el césped (dentro y fuera del ámbito de la agricultura y el gardening)

Como usos alternativos de los sistemas de aspersión, cabe mencionar el riego antihelada en la temporada invernal.

c.   Riego por gravedad

El sistema de riego por gravedad, también conocido como sistema de riego por surcos, es el método más tradicional y primitivo de todos los sistemas mencionados en este artículo.

Su nombre proviene del movimiento del agua para el riego, ya que es empujada por la propia fuerza gravitatoria en el recorrido del cultivo.

El punto de inicio de este sistema requiere de un estanque o embalse lleno de agua, que unirá a diferentes surcos o canales para que el agua se distribuya alrededor del cultivo.

Al igual que el sistema de riego por goteo, el de gravedad tampoco pone en contacto con el agua a las hojas y flores de las plantaciones.

La principal ventaja de este tipo de riego es el ahorro en términos económicos, pues es una de las soluciones más baratas a la hora de instalar un sistema de riego. Sin embargo, el consumo de agua es muy elevado.

A diferencia de otros sistemas, en el caso del riego por gravedad o surcos, no se recomienda en terrenos que no estén a diferentes niveles, ya que perderían efectividad a la hora de conseguir un riego homogéneo en la totalidad de la extensión agraria.

Por último, cabe considerar también que requiere de conocimientos técnicos sobre el terreno agrícola y la filtración de agua en el cultivo.

2.  ¿Qué tipo de sistema de riego es mejor?

La gran ventaja común de todos los tipos de sistemas de riego es que nos están permitiendo, en mayor o menor medida, obtener un control sobre el uso del agua y mejorar el rendimiento y la calidad de los cultivos u otro tipo de terreno agrícola. El sistema de riego permite hidratar la planta de una forma homogénea y constante. No obstante, como hemos hecho referencia a lo largo de este artículo, se deberán tener en cuenta aspectos específicos sobre el tipo de terreno, plantación, clima y zona geográfica.

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